Si hay un plan para un domingo mejor que vivir la victoria de tu equipo favorito desde el palco de su estadio ése es ir de tapas por Valladolid. Sí, una ciudad en medio de Castilla la Vieja y que a priori para muchos les sonará a “ni fú, ni fá”, pero que hará las delicias hasta de los paladares más exigentes. En coche o en AVE, tenéis que darle este regalo al sentido del gusto. Aquí mi ruta de imprescindibles, todos al lado de la Plaza Mayor.
Los Zagales (Calle Pasión, 13)
La iglesia de los trampantojos. La imaginación es su religión y el dios, el “Tigretostón”, su pincho estrella. De pequeños seguramente se os hacía la boca agua con el famoso “Tigretón”. Pues bien, aquí se os hará con esta versión en la que se sustituye el chocolate por pan negro frito con toques de morcilla; la nata, por el queso crema y la fresa por la cebolla roja pochada. Sublime.

En esta taberna también es recomendable el “Obama en la Casa Blanca”, un hojaldrillo con huevo a baja temperatura, crema trufada de champiñones y patatas “quemadas” (fritas y con tinta de calamar) así como el pincho llamado “Del mar, la tierra y el aire”, una brocheta de chipirón rellena de espárragos, bacon, pimientos confitados y cococha de bacalao.
Para los menos atrevidos está el “Bread Bag”, un bocatín de calamares del que se come hasta el envoltorio y el “Mac Churro”, una jugosa hamburguesa de lechazo acompañada de granizado de Ribera del Duero.

El precio de las tapas ronda los 3€. Hoy pagaría el triple por poder merendarme unas cuantas.
El Corcho (C/ Correos, 2)
El templo de la croqueta. Sé que es difícil, pero tendrá que bastaros sólo con una… hay que dejar hueco para el resto, aunque si os sentís con fuerza aconsejo también probar la tajada de bacalao o el pincho de morcilla. Gloria.

Taberna Jero (C/ Correos, 11)
El cielo en la tierra, literalmente. Hay que ser un genio para que se te pase por la cabeza combinar los ingredientes de esta forma y en Jero lo son todos. Simplemente recomiendo comerte tantos pinchos como puedas, la variedad es infinita, pero si tuviera que elegir solamente tres escogería los siguientes. Bueno, mejor cuatro:
- “Misión Imposible”: bacalao con boletus, tomate confitado, gamba y crujiente de almendra.
- “Zapatero”: Crema de foie, salmón, gamba y ventresca, toques de gelatina de manzana, y tierra de boletus.
- “La Cabra 2”: Queso de cabra, berenjena, cecina y (¡ojo!) tofe.
- “Angelillo”: Mousse de foie con pistacho, confitura de limón y frambuesas.

Combinaciones imposibles e interesantísimas a 2 – 2,5€ la unidad.
Villa Paramesa (C/ Calixto Fernández de la Torre, 5)
¿Sois de esos a los que les gusta “lo quemao” de la paella? Este es vuestro sitio. El plato estrella es la tapa de Socarrat, que está deliciosa.

Tampoco hay que dejar de probar el “Camarón Mexicano”, un taco relleno de tartar de carabinero, camarones, guacamole, chile y lima que se llevó el premio Pincho de Plata en XVII Concurso Provincial, ni la “Carrillera de ibérico con regaliz y pera”.

Los postres también juegan un papel muy importante en este establecimiento, haciendo gala de una originalidad sin límites y una presentación impecable. Recomiendo “Un Canto al Vino” (cacao, regaliz, queso fresco y café), y para los más clásicos, tarta de queso “Algo Diferente”.
El precio oscila entre los 2,50 y 3,50€ por pincho.
La Criolla (C/ Calixto Fernández de la Torre, 2)
Hay quien dice que ha bajado en servicio y calidad en los últimos años, pero a mí me sigue pareciendo una parada obligada.
La tapa estrella es el “Bombón del Seri”, compuesta de verduras pochadas, frutos secos, crema gratinada y salsa española, pero yo personalmente me quedo con la “Milhoja de Rape y Salmón con salsa de Mandarina” y con la “Tacita de Café”, que en realidad contiene foie.

Si aún no os convence, tenéis que ir aunque sólo sea por el postre: “Huevo Duro”. En realidad, hablamos de un nido de algodón de azúcar con un huevo de chocolate blanco relleno de yogur y yema de mango. Espectacular.

Un último consejo: Intentad no dejaros llevar por los ojos y poned algo de mesura, de otra forma no llegaréis ni a la segunda parada ¡Buen provecho!