Por qué España es el mejor país del que no poder salir: Reflexiones del verano del Covid19

Mis “grandes viajes” suelen ser siempre en verano, que es cuando me veo obligada a coger la mayor parte de mis vacaciones, y después de ellos siempre me gusta hacer una reflexión con los motivos que me llevaron a ese destino y mi opinión general del lugar visitado. Me atrevo a decir sin temor a equivocarme que 2020 no será un año que ninguno de nosotros, los viajeros empedernidos, tengamos en lo alto de nuestro ranking. El Covid19 ha trucado los planes de todo el mundo y no iba a a ser menos en lo que a viajes se refiere obligando a cancelar, reprogramar y vivir en la incertidumbre hasta el último minuto viendo como se cancelaban vuelos, se cerraban fronteras, se planteaba confinar territorios y la normativa cambiaba de un día para otro.

Visto el panorama, en mi caso España ha resultado ser la mejor opción. Aún pudiendo organizar algo por Europa, las circunstancias me han llevado a decantarme por la alternativa más segura: sin vuelos, con mi coche y con cancelación gratuita hasta casi la fecha de llegada… y tengo que reconocer que vivo en el país ideal para quedarse “atrapado”. Aún habiendo ya estado en casi todas las comunidades autónomas, se me han ocurrido miles de rutas por hacer, como ya os comenté en este post, y lugares que visitar… y teniendo en cuenta que he tenido que cambiar de planes varias veces, eso ha sido una garantía para que las vacaciones de este año no hayan estado nada mal.

Para añadir una “complicación” más a la mochila, este año ha sido imposible juntar dos semanas seguidas así que se han dividido en dos fantásticos viajes de 5 y 7 días respectivamente: Las Islas Cíes en Galicia (con paradas en Orense y Castilla y León) y una ruta por el norte recorriendo la costa de País Vasco, Cantabria y la parte más oriental de Asturias. Si lo comparas con años pasados (Tailandia y Camboya, Rusia, India y Nepal, Indonesia, Canadá…) puede que no suene muy seductor para aquellos que, como yo, son adictos a lo lejano y diferente. Admito que para mí tampoco ha sido fácil bajar el listón pero os aseguro que vistas las circunstancias estoy muy satisfecha y me han maravillado muchas de las cosas que he visto. Os cuento cómo se gestó todo.

Islas Cíes, Orense y unas pinceladas de Castilla y León

Me hace mucha gracia recordar cómo surgió todo en este viaje. Sólo teníamos 5 días completos y la tarde de otro… y a mí la verdad es que me apetecía mucho ir a Menorca y relajarme en sus playas-piscina. Es la única isla balear que me queda por conocer y 5 días me encajaban a la perfección (porque más se escapa un poco de presupuesto para ser un destino “tan cercano”).  Resulta que este año mis vacaciones fueron en julio-agosto (yo siempre intento tirar a junio o septiembre) y los precios estaban por las nubes. Un vuelo de poco más de media hora por más de 200€ me parecía una aberración, así que deseché la idea. ¿Dónde entonces? Las Islas Cíes siempre estaban en nuestra agenda, pero el camping estaba completo. Sopesé la zona de Cabo de Gata, muy de moda este año, pero si bien las playas allí son espectaculares, no era exactamente lo que teníamos en mente, así que la decisión fue que nos íbamos a la Costa Brava. Cuando nos quedaba una semana para ir, Cataluña empezó con fuertes rebrotes y ante la amenaza de posibles cierres, restricciones o confinamientos, lo cancelamos. ¿Dónde nos vamos? En medio de una tormenta de ideas donde nada parecía encajar para tan poquitos días me dió por mirar de nuevo el camping de las Cíes y ¡BINGO! Había habido una cancelación justo para el fin de semana que podíamos ir, así que ya estaba todo dicho.

En nada y menos rellené los otros 2 días con lugares que pillaban de camino y que tenía muchas ganas de conocer: Wamba y Urueña en Valladolid, Ponferrada y las Médulas en León y las termas de Orense. Todo muy bien traído, variado y ameno… Os lo explicaré más detalladamente en futuros posts.

Las Cíes, una maravilla. Todo el mundo me hablabla de paraíso y aún así yo no iba con las expectativas muy altas, pero confieso que lo son. Esas playas de arena blanca, esas aguas tranparentes (y heladas, eso sí), las rocas, la naturaleza, las estrellas….. Poder pernoctar allí dos noches fue todo un privilegio y más teniendo en cuenta que nos dieron la tienda de campaña en primera línea y que nos hizo un sol de escándalo.

En cuanto a gastronomía, en Galicia está todo dicho. Nos deleitamos con su pulpo, sus pimientos de padrón, el pescado…. Todo muy abundante y barato para los estándares madrileños.

En definitiva, un viaje que nos ha encantado y una zona que esperamos repetir en el futuro.

País Vasco, Cantabria y Asturias

Mi novio llevaba varios años reclamando un viaje por el norte así que éste estaba claro desde el principio. Teníamos 7 días y sólo quedaba definir qué sitios visitar teniendo en cuenta que yo ya había estado en esas zonas, así que me limité a descubrir sobre todo puntos nuevos y repetir alguno que ya conocía.

En el País Vasco empezamos por el cuco pueblo de Hondarribia, una monada. Continuamos por San Sebastián, una ciudad que siempre es un placer visitar y donde, sobre todo, dimos buena cuenta y nos dejamos un pastizal en pintxos. También tuvimos tiempo para el relax en la siempre increíble playa de Zarautz. Seguimos hacia Zumaia, con su espectacular costa salpicada de flysch, de lo que más me gustó del viaje, y cerramos en Bilbao. No conocía la capital de Vizcaya y me enamoró…. ¡Para nada me la esperaba tan bonita! Muy, muy sorprendente. Y sus pintxos…. de otro mundo y más económicos que en San Sebastián. Además, no podíamos marcharnos de allí sin visitar dos lugares de lo más TOP: El Castillo de Butrón y San Juan de Gaztelugatxe, un enclave sin igual.

El paso por Cantabria fue más relajado pero dio para mucho: Los impresionantes acantilados de Costa Quebrada, Santander, las Cuevas de Altamira y la preciosa Santillana del Mar. Ah, y dos de las mejores tortillas de mi vida en La Casa del Indiano y el Hotel Costa San Juan de la Canal.

Asturias empezó flojita: Tiempo más fresco y gris, muchísima gente y hotel para olvidar. No obstante, fue de menos a más: De las Playas del Cobijeru y Gulpiyuri (muy bonitas pero llenas) y Ribadesella a reventar, pasamos a las preciosas y desiertas playas de Torimbia , Toranza y Poo y los lagos de Covadonga.

El resumen de este viaje es que no se puede hacer más en menos. El itinerario parece apretado pero para nosotros fue bastante más relajado de lo habitual teniendo además en cuenta que no quisimos ver todos los puntos de interés ya que no era nuestra primera visita por la zona (y seguramente tampoco la última).

Razones por las que España es el mejor país en el que quedarse confinado

Por la variedad de paisajes: Es todo un privilegio que dentro de España te puedas sentir en tantos países a la vez.  A veces puedes estar en Irlanda, otras en Hawaii, después en las Islas Griegas, luego te pasas al Caribe, más tarde a Roma, Marruecos, Francia….

Por sus montañas: No serán las más altas pero sí suficientes para hacer las delicias de los más amantes de la naturaleza: Monte Perdido, Picos de Europa, Sierra de Cazorla, Pirineos….

Por sus playas: Desde las cristalinas en Baleares, Costa Brava, Galicia, Calpe… a las infinitas de Cádiz, Huelva, Valencia… pasando por las salvajes del País Vasco, Cantabria, Asturias y Almería. Más de 8.000km de costa dan para mucho.

Por su vida rural: Campos infinitos en Castilla León, Castilla la Mancha, Extremadura…. Rios, animales y pueblecitos. Ideales para desconectar y recordar esos veranos en el pueblo.

Por su historia, cultra y ocio: En ciudades como Madrid, Bilbao, Granada, Sevilla, Barcelona, San Sebastián, Toledo, Córdoba… podemos disfrutar de la vida de hoy y aprender del riquísimo pasado que hemos tenido como país y de todos los genios que han contribuido a nuestra cultura.

Pueblos con muchísimo encanto: La lista es interminable y están repartidos por toda la geografía española: Albarracín, Aínsa, Santillana del Mar, Pedraza, Frigiliana, Puebla de Sanabria, Elizondo

Por la comida: Mira que soy amante de todas las gastronomías del mundo y realmente no sé con cual quedarme, pero tengo que decir que la de España si no es la la mejor, poco le falta gracias a lo mismo de antes: su variedad, además de por supuesto la calidad del producto y la innovación e ideas de grandes cocineros. La cultura del ocio y la importancia que le damos hace que la competencia sea alta y que el nivel se supere día a día. He disfrutado como una enana del cachopo, de los pintxos más innovadores, del pulpo, de los arroces y asados.

Por las gratuidades y precios simbólicos: Fuera las tasas para todo. Fuera las entradas a precios abusivos. Por poner ejemplos de este mismo verano, la entrada a San Juan de Gaztelugatxe es gratuita, lo mismo pasa con la autorización a las Islas Cíes, distintas iglesias y catedrales y parques nacionales. Atracciones importantes como las Cuevas de Altamira o el Castillo Templario de Ponferrada también lo han sido por el Covid19 (hasta el 31 de agosto), pero después tienen un precio bastante ajustado  (en este caso 3€ y 6€, respectivamente). Las pocas que hemos abonado, tienen un precio simbólico (2,5€ por visita guiada en la Iglesia de Santa María de Wamba, 2.30€ la subida al Monte Igueldo)…. Evidentemente hay museos y demás que tienen un pecio más elevado, pero por lo genral la tónica es esta y la verdad es que para nosotros es estupendo… pero de cara el turismo no sé si somos los más generosos o los más “tontos”. Recuerdo las tasas para entrar a las islas en Asia, los precios exponencialmente más elevados para extranjeros en India, los visados de entrada a importes astronómicos comparados con el nivel del vida en muchos otros países….

Por la gente: Como en todas partes hay de todo. Los españoles podemos ser muchas cosas, pero creo que a pesar de lo que hemos visto este año, tenemos alegría, solidaridad y un corazón enorme. La gente trabajadora sigue luchando por salir adelante y no renunciamos a nuestro tiempo de ocio y relax, disfrutándolo al máximo. No obstante, desde aquí hago un llamamiento al cumplimiento de las normas, al respeto de las distancias (lo que menos he visto respetarse este verano) y al uso de mascarilla. Todavía hay gente (mucha) a la que parece que hay que explicárselo.

En definitiva, confieso que anhelo los viajes lejanos a culturas diferentes, a lugares que solo podrás visitar una vez en la vida, los meses previos armando rutas, recopliando información e imaginándote en ese destino tan soñado… pero, por suerte, España está en el TOP 3 de países más visitados del mundo y yo vivo en él. Ahora ha tocado disfrutarlo más que nunca confiando en que, pronto, volveremos a volar lejos sin que eso sea sinómino de olvidarme de la maravilla de país que tengo por hogar.


2 respuestas a “Por qué España es el mejor país del que no poder salir: Reflexiones del verano del Covid19

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