Lisboa. Tan cerca y tan lejos. Uno de esos lugares que siempre surgen a la hora de idear una escapada y se terminan aparcando: “Total, está aquí al lado…. Ya habrá tiempo”. No lo pospongáis, sacadlo. Es una ciudad muy interesante, diferente, económica y cercana, con lo cual pocos destinos con estas características se me ocurren para un fin de semana.
¿Quréis saber como sacarle partido en poco tiempo? Aquí os dejo un mapa con la localizaciones y os hablo de los puntos imprescindibles de cada barrio.
ALFAMA
Barrio con varios atractivos turísticos pero que en sí mismo es uno. Pasear por sus calles, observar sus fachadas y empaparse de sus escenas cotidianas es obligatorio. Además, destacan:
Castelo de San Jorge
Un punto perfecto para obtener una primera panorámica de la ciudad desde las alturas. La entrada cuesta 8.5€ y con ella tendréis acceso al mirador, a las diferentes torres (11 en total), los jardines y a la cámara obscura ofrece una imagen de 360º de la ciudad a tiempo real.
Tranvía 28
Una de las actividades más recomendables y con las que sacar partido a la tarjeta de transportes si la tenéis. Podéis coger este pintoresco medio de transporte en la plaza de Martim Moniz y recorrer en él todo el barrio de Alfama.
De no tener abono transporte, el ticket cuesta 2,90€.
Mirador de Santa Luzia
No es fácil decir esto en una ciudad en la que abundan miradores pero para mí es el mejor, ya que condensa todo lo que es Lisboa: rio, azulejos, flores, iglesias y fado. Un lugar encantador para pasar un buen rato.
Mirador Portas do Sol
Está gusto al lado del anterior pero sus vistas son algo diferentes: casas en tonos pastel y la iglesia de Sao Vicente do Fora.
Sé de Lisboa
Es la iglesia más antigua de la ciudad. Aunque está muy lejos a nivel ornamental y arquitectónico de las catedrales de otras capitales europeas, tiene su encanto y mucha solera, puesto que ha sobrevivido a todo tipo de calamidades. De hecho, fue de los pocos edificios importantes que no se vino abajo en el terremoto de 1755. La entrada es gratuita pero si queréis visitar el Tesoro y el Claustro, deberéis abonar 2,5€ para cada uno.
BAIXA Y CHIADO
Plaza do Comercio
Una de las plazas más espectaculares de Europa y quizá la mas orginal por estar abierta directamente al rio Tajo. Allí mismo estaba el Palacio Real hasta que se derrumbó con el terremoto de 1755, de hecho, aún se pueden ver las escalinatas por las que desembarcaban en la época. Destaca además su enorme arco del triunfo que da entrada a la Via Augusta y la estatua del emperador José I.
Pink Street
Esta pintoresca calle se ha puesto muy de moda últimamente en Instagram por tener el suelo de color rosa contrastando con los edificios de alrededor. Un punto fotogénico sin más para parar si pilla de paso.
Elevador de Santa Justa
Otro de los símbolos de esta ciudad de cuestas es el Elevador de Santa Justa, que conecta los barrios de Chiado y Baixa. Después de subir 45 metros de altura en estra estructura de estilo neogótico construida en 1902, se accede a una pequeña pasarela con muy buenas vistas de la ciudad. Si tenéis abono de transporte, os entraría en el precio ya que los ascensores en Lisboa funcionan igual que el metro o los tranvías.
BARRIO ALTO
Convento do Carmo
A pesar de que un terremoto lo dejó en ruinas en 1755, este convento es una construcción espectacular que data del año 1389. Destaca su imponente claustro y su museo con piezas del paleolítico y neolítico portugués y la tumba de Fernando I de Portugal. La entrada cuesta 3.5€.
Mirador de S. Pedro de Alcántara
Situado en el punto más elevado del Barrio Alto, ofrece una vez más unas vistas panorámicas de la ciudad. Nos os perdáis el mapa de azulejos que reproduce las vistas que desde allí se tienen, sus jardines y la estatua del vendedor de periódicos.
Elevador da Bica
Fue uno de los sitios que más me gustó porque concentra todo lo que es Lisboa en muy poquito espacio. Se trata de un funicular que hace un recorrido cuesta arriba de apenas 200 metros entre tabernas, casas de barrio con sus balcones, ropa tendida y graffitis.
El recorrido cuesta 3.70€ ida y vuelta pero si tenéis tarjeta de transporte activa os saldrá gratis. También podéis hacer el recorrido andando sin coste alguno. En mi caso, como tenía vigente el abono, subí en el elevador y bajé andando para tomar fotos del mismo descendiendo.
ALCANTARA
Puente 25 Abril
¿Estamos en San Francisco o en Lisboa? El Puente 25 de Abril, con sus 70 metros de altura y 2km de longitud, poco tiene que envidiar al Golden Gate, no en vano, fue construido por la misma empresa convirtiéndolo en el más alto de Europa.
Sin embargo, las mejores vistas las podemos obtener desde la zona de Belem.
LX Factory
Justo debajo del Puente 25 de Abril se encuentra este espacio alternativo con un aire al londinense Camden Town. Hay varias cafeterías, librerías, tiendas vintage y de diseño y obras de artistas urbanos que llaman bastante la atención.
BELEM
Este barrio está bastante alejado del centro, por lo que es necesario el transporte público para llegar. Yo os recomendaría el tranvía 15 desde la Plaza do Comercio.
Montasterio de los Jerónimos
Impresionante por fuera e incluso mejor por dentro. Este monasterio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO tiene un precioso claustro donde se encuentra enterrado el descubridor Vasco de Gama. De hecho, el monasterio se construyó para conmemorar la vuelta de la India del navegante con impuestos recaudados en las colonias. También allí se pueden encontrar las tumbas de varios monarcas portugueses y el Museo Nacional de Arqueología.
La entrega cuesta 10€ y se puede combinar con la de la Torre de Belem por 2€ más.
Torre de Belem
El que probablemente es el símbolo de la ciudad se encuentra en el mismo lugar desde el que partían las grandes expediciones a otros continentes. Inicialmente se construyó como fortaleza para vigilar la entrada a la ciudad por el Tajo, pero con el tiempo acabó usándose como centro aduanero y prisión. El precio de acceso son 6€, pero recordad que podéis combinar la entrada con el Monasterio de los Jerónimos por un total de 12€.
Monumento a los Descubrimientos
Un colosal homenaje de 52 metros de altura a Enrique el Navegante y que rinde tributo a un país de hombres de mar. Fue construido en 1960 y a sus pies podréis ver un mapamundi regalado por Sudáfrica en su inauguración que indica las rutas que realizaron los navegantes portugueses en la época de los descubrimientos.
Pastelería Belem
No es broma: Los pasteles de Belem, también conocidos como “natas” son otro de los grandes atractivos de Lisboa. Los encontraréis en todas partes, pero creedme si os digo que en ninguna como en la pastelería del barrio de Belem. Crujientes por fuera, cremosos por dentro y deliciosos en conjunto. Yo no soy muy fan de este postre pero confieso que estos me dejaron encantada.
Estos serían los principales atractivos pero Lisboa no acaba aquí. Es una de esas ciudades en las que un paseo por cualquier calle ya es un atractivo en si mismo, así que mi recomendaciones que hagáis eso mismo: patead, perdeos, hartaros de calles, de fachadas, azulejos, miradores y ascensores y, por supuesto, comed. Allí se hace mucho y bien.