Praga es fantástica. Encantadora. Fascinante. Se me acaban los adjetivos para la que es, sin duda, la ciudad más elegante en la que he estado. Caminar por sus calles es hacerlo por un decorado de cuento pero sin cartón piedra de por medio. ¿Cuánto tiempo sería necesario para conocerla? Dos días.
Sí, un par de jornadas serían suficientes para conocer sus atractivos. Yo lo hice y además en invierno, teniendo el contratiempo de las poquísimas horas de luz, pues a las 16:00 ya anochecía. Os puedo asegurar que quedé muy satisfecha con el recorrido aunque confieso que me hubiera gustado tener algo más de tiempo para simplemente “estar allí”.
¿Cómo moverse?
Existen abonos de 24 horas (110K – 4,36€) y de 72h (310K – 12,30€), pero bajo mi punto de vista, no son necesarios y menos aún si os alojáis en el centro, ya que todo está bastante cerca y la mejor forma de conocer una ciudad, y más como esta, es a pie.
No obstante, sí llegáis en avión sí recomiendo sacar el bono de 24 horas el primer día y aprovechar yendo del aeropuerto al centro en transporte público (la forma más económica) y luego visitar el barrio de Malá Strana, el más alejado. Al día siguiente por la mañana (o hasta que se cumplan 24 horas), podréis usar el mismo bono para ir a la Casa Danzante, también más retirada, y volver al centro.
El precio de los trayectos sencillos es de 32K (1,26€) tanto en tranvía como autobús y metro, aunque en los dos primeros son para trayectos de 20 minutos, y no se podría hacer transbordo. En el metro la validez son 30 minutos y permite recorrer 5 estaciones. Creedme, no necesitaréis más. Todo está muy cerca.
¿Qué ver?
Está la opción de sacar la Praga Card, que incluye varios monumentos (no todos) para ver en 2 (58€), 3 (68€) y 4 días (78€). En este link os dejo todos los que incluye. Yo eché cuentas y no me compensaba económicamente teniendo en cuenta los que me interesaban visitar.
Podéis comprarla por internet con algo de descuento por compra anticipada y luego recogerla tanto en el aeropuerto como en la oficina de turismo de la Plaza de la Ciudad Vieja.
DIA 1
Es esencial empezar lo más pronto posible para aprovechar el día y la luz al máximo, teniendo además en cuenta que los principales atractivos cierran sobre las 16:00 en invierno y las 17:00-18:00 hrs en verano.
Este día lo dedicaremos a recorrer el barrio de Malá Strana, la zona más antigua de la ciudad. Llegaremos en metro con la línea A hasta la parada de Malostranská. De ahí podemos coger el tranvía nº22 o subir andando hasta el castillo.
Castillo de Praga: La entrada al recinto es gratuita (pero hay cola porque se ha de pasar un control) y se puede acceder sin pagar a los edificios, pero sólo a la parte trasera. Hay varias entradas pero recomendaría el circuito B (250K – 9,90€), que incluye Catedral de San Vito, el antiguo Palacio Real, el Convento de San Jorge y el Callejón del Oro. Podéis comprar el ticket en las taquillas del interior del recinto. Calculad gran parte de la mañana.
- Catedral de San Vito: Absolutamente impresionante. De las más bonitas catedrales que he visto, sin duda.
- Antiguo Palacio Real: Es un espacio en su mayoría diáfano pero con bastante personalidad. La mejor parte son las salas con paredes decoradas con escudos de armas.
- Convento de San Jorge: La parada menos atractiva de la ruta por tratarse de la estancia más descafeinada.
- Callejón del Oro: Una calle muy pintoresca que representa cómo eran las casas de los artesanos de la época. Muchas de ellas albergan museos de armas e instrumentos de tortura.
Al final del recorrido, podréis disfrutar de unas magníficas vistas de la ciudad desde uno de los miradores.
Iglesia San Nicolás: Descendiendo por las encantadoras callejuelas, llegaréis a la esta iglesia que es, sin duda, una muestra más de que las catedrales centroeuropeas no tienen parangón. Toda ella es arte. El precio de entrada son 70K (2,80€)
Columna de la Trinidad: También conocida como “Columna de la Peste” construida en 1715 en honor a la santa como agradecimiento por poner fin a esta epidemia.
El Loreto: Es un recinto religioso que alberga una réplica de la casa en la que tuvo lugar la Anunciación a la Virgen María, además de bellísimas y macabras reliquias que reposan en la iglesia. La entrada cuesta 150K (5,95€)
Monasterio Strahov: La razón para visitarlo es su impresionante biblioteca. Entrar a esta parte vale 80K (3,17€), pero si además queréis ver la exposición de arte, habrá que abonas 60K más (2,38€)
Monte Petrin: Magníficas vistas desde el punto más alto de Praga. Se puede subir a pie y en funicular desde Újezd LD, pero si seguís la ruta, entraréis por dentras y bajaréis en la cabina, ya que está incluido en en bono diario.
Isla de Kampa: A poca distancia del funicular, llegaréis a eta isla cuyos puntos más destacados son los bebés, el Molino del Gran Pior y el Muro de John Lennon.
Iglesia de la Victoria: ¿Conocéis el famoso Niño Jesús de Praga? Podéis encontrar la diminuta estatua en esta iglesia. Dicen que presta ayuda a quienes buscan concebir. La entrada es gratuita.
Puente de Carlos: Una de las insignias de la ciudad por la que pasaréis varias veces. Si no lo queréis ver abarrotado, id a primerísima hora.
DIA 2
Como el día anterior, hay que empezar la mañana pronto para que cunda al máximo y para poder hacer uso de las horas restantes del abono transporte. Además, madrugar siempre es un plus para ver algunos puntos sin cientos de turistas de por medio.
Casa Danzante: Aprovechad para visitar este moderno edificio mientras tengáis activo el abono porque ésta más retirado del centro, concretamente cerca del metro Karlovo Namestí. El contraste con la arquitectura típica de la ciudad, los puentes sobre el Moldava y el ir y venir de los tranvías conforman una imagen muy representativa de la ciudad.
Plaza Wenceslao: Tirando aún de metro (hasta Mustek o Muzeum), llegaremos a este bulevar en el que se han sucedido una infinidad de momentos históricos y que hoy es el centro financiero de la ciudad.
Torre de la Pólvora: Era una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad. Tras ser reconstruida después de un incendio, se convirtió en almacén de pólvora allá por el siglo XVII. Se puede subir hasta el tejado por un precio de 90K (3,60€), yo sólo la visité por fuera.
Nuestra Sra. de Týn: Otra iglesia espectacular para la colección, no obstante, me impresionó muchísimo más su fachada con sus 2 torres de 80 meros de altura que el interior, donde no se pueden tomar fotos. Se entra por la fachada principal desde la Plaza de la Ciudad Vieja, en un pasadizo difícil de ver entre dos restaunrantes. La visita es gratuita, pero el horario es algo restringido: Lunes cerrado, de martes a sábado de 10:00 a 13:00 y de 15:00-17:00 y domingos de de 10:00 a 12:00.
Plaza de la Ciudad Vieja: Los coloridos edificios, la iglesia de Nuestra Sra. de Týn, el Ayuntamiento (a cuya torre se puede subir por 180K – 7,14€) y el ambiente que se respira siempre que hay mercadillo son de cuento. En Navidad con el árbol es insuperable.
Reloj Astronómico: Una auténtica joya que entraña además una leyenda de lo más curiosa y macabra: Al maestro Hanus se le encomendó la tarea de crear un reloj único en el mundo, y eso hizo dotándole de su cuadrante astronómico, las figuras de los doce apóstoles que desfilan cada hora en punto, otras 4 figuras alegóricas y el calendario circular con medallones que representan los meses. Para evitar que su creador pudiera repetir una obra similar, los concejales del ayuntamiento le dejaron ciego quemándole los ojos. Años después, justo antes de morir se hizo llevar hasta su obra para tocarla por última vez… y rompió uno de los engranajes, deteniendo así el reloj y su vida para siempre. Se dice que tardó muchísimos años en poder ser reparado.
Iglesia de San Nicolás: Esta obra maestra barroca está situada también en la Plaza y vuelve a poner el listón de las iglesias checas a un nivel difícilmente superable. El precio es de 70K (2,80€), pero yo entré justo cuando la estaban abriendo y no tuve que pagar.
Barrio Judío: Otro de los lugares más emblemáticos de Praga. Lo más recomendable es comprar el Ticket del Museo Judío que incluye 4 sinagogas y la visita al cementerio. El precio es 330K (13€) y 240K (9,50€) para estudiantes (NOTA: El Carnet Joven español cuela, al contrario que en otros lugares). Y MUY IMPORTANTE, el museo cierra los sábados, día sagrado para los judíos.
- Sinagoga Española: La mejor del recorrido por tamaño y decoración.
- Sinagoga Pinkasova: Mucho más austera que la anterior pero también solemne. En ella se puede ver el horror que vivieron los judíos checos en la época nazi a través de los dibujos de los pequeños que estuvieron en el campo de concentración de Terezín.
- Cementerio judío: Uno de los lugares más curiosos en los que he estado. Desde el primer enterramiento en 1439 se han acumulado más de 12.000 lápidas que, apiladas, le dan un aspecto muy tétrico.
- Sinagoga Klausen: Más sobria que la española, pero con personalidad propia y con una exposición de textos hebreos y dibujos de los niños recluidos en el campo de Terezín.
- Sinagoga Maisel: Como las demás, alberga una exposición sobre cultura judía.
- Sinagoga Vieja – Nueva: El acceso no se encuentra incluido en la entrada convencional del museo judío, pero se puede adquirir una conjunta por 480K (19€) ó 200K (7,93€) si se visita por separado. Es una de las más antiguas de Europa.
Klementium: Tengo entendido que es una de las más bonitas que se pueden ver pero desafortunadamente está en medio de una disputa legal y se ha cerrado al público de forma indefinida. Si para vuestra visita ya se ha reabierto, no lo dudéis.
Para finalizar el día, siempre es un placer volver a cruzar el Puente de Carlos, darse a la cata de la inmensa variedad de cervezas checas o disfrutar de un helado o un chocolate caliente según la temporada y por supuesto de los deliciososos Trdleníks en la siempre entretenida Plaza o paseando por sus calles disfrutando de la arquitectura. Sea lo que sea lo que se haga en Praga, será un placer.