Qué ver en el Valle de Katmandú: La Guía

Me encantó Katmandú desde el minuto uno. Así de contundente empiezo. Era mi primer contacto con esa parte de Asia y no tenía nada que ver con lo que había visto del resto del continente. ¿Y qué tiene de bonito encontrarse de primeras calles de tierra sin asfaltar atestadas de gente, animales, motos, bicis, un ruido enloquecedor y un aire contaminado? Mucho. Es la magia de viajar, de visitar mundos nuevos y completamente opuestos al tuyo y eso exactamente es Nepal.

Lo ideal dedicar 3-4 días al Valle de Katmandú para no dejarse nada sin ver y hacerlo con cierta pausa, pero lo cierto es que en tan sólo dos sería factible si nos ceñimos a lo esencial. Estos son los hightlights.

¿Cómo llegar?

Para entrar al país es necesario un visado que se tramita a la llegada por 25$ y que se puede pagar en varias monedas (incluidos euros), siempre en efectivo. Recomiendo salir pronto del avión y ser de los primeros en llegar a la terminal, donde se encuentran las máquinas en las que debes introducir todos tus datos y recoger el ticket para el posterior pago en el mostrador.

Es necesario conservar también el ticket de resguardo del equipaje, ya que al salir de la sala lo cotejan para ver que has retirado la maleta correcta.

Desde el aeropuerto, la mejor opción es contratar un taxi con precio cerrado justo antes de salir de la terminal. Cuesta 7$ o 700R, y puedes pagar en ambas monedas en el mostrador, donde os darán un ticket y acompañarán hasta el coche asignado.

Importante tener en cuenta que la opción de compartir no es muy válida en Nepal,  ya que apenas caben 3-4 personas (conductor incluido) más los equipajes. Son vehículos muy pequeños a no ser que se contrate un Jeep.

¿Dónde alojarse?

Siempre en Thamel, el barrio mochilero. De noche es el único lugar con vida, cosa que es un arma de doble filo porque desde algunos hoteles se puede oir la música de las distotecas, pero también gozaréis de una infinidad de locales para cenar y hacer distintas compras.

¿Qué ver?

PLAZA DURBAR

La traducción de su nombre es “Lugar de Palacios” y condensa toda la esencia de Katmandú a pesar de estar aún bastante afectada por los terremotos de 2015.

El precio es de 1000 rupias nepalís, pero de todos es sabido que callejeando por sus alrededores se puede entrar gratis, puesto que no está vallada ni tiene taquillas en todos los accesos aunque sí algún policía vigilando que podrá reclamaros que paséis por caja excepto por la noche, cuando se cierran las taquillas.

El su interior verás templos como Kumaru Bahal, hogar de la rencarnación de la diosa Taleju, el Jagannatha y el Maju Deval con sus sorprendentes grabados y el antiguo palacio real, pero estos son sólo una muestra de los bellos y numerosos edificios que se levantan en la plaza.

TEMPLO DE LOS MONOS – SWAYAMBHUNATH

No es una locura llegar andando desde Thamel o la zona de la Plaza Durbar. Nosotros lo hicimos y aprovechamos para ver la vida cotidiana de los barrios no turísticos por el camino. Una vez allí, hay que subir los destartalados escalones hasta el templo, al que se accede previo pago de 250 rupias.

Swayambhunath es uno de los lugares de culto más importantes de Nepal, tanto para budistas como para hindúes.  Construido en el siglo V, hace tan sólo 7 años de su última remodelación, en la que la cúpula se recubrió con 20 kilos de oro. El complejo tiene varios edificios, pero sin duda lo mejor es la estupa con 4 caras de Buda mirando hacia los 4 puntos cardinales, el carácter nepalí “ek” (unidad) a modo de nariz, y el tercer ojo en la parte superior de cada rostro representando la sabiduría.

La atmósfera es mágica, pero recomiendo visitarlo antes que Boudhannath para que el choque sea mayor.

PASHUPATINATH

Una pequeña parte de India en Nepal, un lugar que condensa toda esa espiritualidad propia de su religión, en la que vida y muerte se dan la mano a orillas del rio.

La mejor parte del templo está cerrada al público no hindú, pero por supuesto es una visita obligada para recorrer sus alrededores y observar con respeto los rituales y cremaciones junto al río Bagmati. El precio para acceder al recinto es de 1000R, pero por la noche no cobran entrada y además es sobrecogedor.

 

Al estar alejado del centro, recomiendo llegar en taxi o mejor aún, en autobús local. Tanto estos como las furgonetas se cogen en la zona de Jamal y recorren toda esa arteria sin paradas específicas: Habrá un chico que grite desde la puerta abierta el destino final y tú sólo le deberás indicar a qué sitio vas. El precio varía según distancia, pero es muy económico y se paga al final.

BOUDHANATH

Impresionante. El lugar de Nepal que más huella dejará en vuestro interior sin ninguna duda. Si tenéis tiempo, os recomendaría visitarlo en las primeras horas de la mañana y aprovechar para desayunar en alguno de los bares con increíbles vistas alrededor de la estupa y, con suerte, veréis como tiñen esos semicírculos amarillos lanzando los tintes con barreños. Nosotros disfrutamos de unas tortitas y un té masala con unas vistas increíbles en el restaurante Paradise Rooftop.

Hay 2 entradas principales en las que cobran 250R. Si dais un paseo por los callejones repletos de tiendas a su alrededor, acabaréis dentro de la plaza sin pagar ni una rupia.

Se trata de una de las estupas más grandes del mundo, alrededor de la cual se han construido más de 50 monasterios tibetanos, y es que Boudhanath es el lugar en el que se establecieron miles de refugiados budistas del país más espiritual del Himalaya. Por ello son miles las personas que cada día van a él a recitar sus mantras y rodearlo en el sentido de las agujas del reloj. La energía allí se puede hasta tocar.

MONASTERIO DE KOPAN

Este monasterio tibetano no es de los puntos más conocidos, pero yo diría que es totalmente recomendable. El camino es largo y cuesta arriba, por lo que un taxi o autobús que os acerquen lo máximo posible sería buena opción, pero también se hace ameno ir caminando y viendo una parte poco turística de la ciudad, donde probablemente tendréis ocasión de interactuar con los locales.

Una vez arriba, os sorprenderán los cantos y el ir y venir de los monjes, además de la cantidad de extranjeros que eligen ese lugar para un retiro espiritual, ya que te puedes quedar a dormir y convivir con ellos por unos 5€ al cambio por día, aunque la entrada es gratuita.

Sería interesante combinar la visita con la de Boudhannath y Patsupathinath, ya que se concentran en la misma zona.

PATAN

Un pequeño pueblo que ha terminado siendo absorbido por Katmandú. Situado al sur de la capital, el mayor atractivo es su Plaza Durbar, algo más pequeña pero más espectacular que la de Katmandú en mi opinión, aunque también bastante afectada por el terremoto. Hay mayor diversidad de la arquitectura de sus templos y reina una atmósfera de “pueblo” que no es tan palpable en la capital.

El precio son 500R, pero callejeando no hay por qué pasar por caja, depende de la voluntad y picaresca de cada uno.

BHAKTAPUR

Junto con Boudhanat, lo mejor del Valle de Kathmandú. Esta villa medieval es una joya en sí misma: simplemente pasear por sus limpias y antiguas calles y recorrer sus templos ya merece una visita a este remoto país.

Se tarda una hora en autobús desde Katmandú, y éste se coge a la altura de la torre del reloj en  Durbar Marg y cuesta 50 rupias.

Bhaktapur es en reino más antiguo de l valle y a pesar de contar con la Plaza Durbar más pequeña, para mí es la más espectacular pero ¡ojo! también la más cara, porque la entrada cuest 1500R. No obstante, y también como en el resto, no es necesario pasar por taquilla, simplemente hay que entrar no siguiendo las señales que llevan a ella, pero Bhaktapur es mucho más que la plaza. En sus cercanías, se puede disfrutar de maravillosos templos como el Nyatapola, el más alto del valle.

NAGARKOT

Este pueblo es famoso por las fantásticas visitas que desde él se tienen del Everest en los días despejados, algo que no suele ocurrir en temporada de Monzón (junio-octubre), pero si hay tiempo ¿cómo no probar? Lo común es contratar un taxi a día completo para ir allí a ver el amanecer y pasar el resto del día en Bhaktapur, pero también se puede hacer lo mismo en autobús, aunque sin amanecer.

Hay que tener en cuenta que no hay línea directa desde Katmandú a Nagarkot, primero hay que ir hasta Bhaktapur y avisar al chico que va en la puerta del autobús de que queréis ir después a Nagarkot, él os dirá que bajéis en el punto exacto desde donde salen los autobuses. Es otra hora más de trayecto por caminos (que no carreteras) de montaña, sin quitamiedos ni asfalto… así que preparáos para la aventura. Si no tenéis la suerte de que esté despejado, se puede dar una vuelta por el pueblo, sobre todo por la zona más elevada y tener unas vistas preciosas de la otra parte del valle.

¿Qué comer?

La gastronomía nepalí es deliciosa, ya que recibe importantes influencias de la china y la hindú. El plato por excelencia son los Momos, unos duplings similares a las gyozas con distintos rellenos que os encantarán. Además son baratísimos y muy abundantes,porque suelen servirlos en raciones de 10 unidades.

Otro de los platos más típicos son el dhal o sopa de lentejas, que siempre acompañan con un bowl de arroz, y el chow mein, su versión de los fideos fritos. Una buena opción si queréis probar varias cosas es pedir un típico thali nepalí,  que incluye una selección de varios platos.

En Thamel tenéis infinidad de restaurantes pero por calidad, ambiente y precio, recomiendo el New Orleans Café. Decoración excelente, ambiente tranquilo y comida deliciosa, aunque no es de lo más barato que podéis encontrar pero sí muy asequible (unos 15€ al cambio una cena para dos).

Por supuesto, no dejéis de probar el té masala ni el té tibetano con sal a la hora de desayunar, son una pura inyección de energía.

Katmandú es un choque para cualquiera…. menos si vienes de India. En ese caso te parecerá suave. En cambio, si es tu primera vez en Asia, el contraste será brutal y si ya conoces algo del continente, te sorprenderá porque es totalmente diferente. Huele a tierra, polvo, curry e incienso. Al princpio se hace difícil hasta respirar, pero después… será un soplo de aire fresco para tu vida, tu alma e historial viajero.  No os la perdáis.


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