Hay Londres mucho más allá del Big Ben, el Tower Bridge y Camden Town. Un Londres del que músicos, directores, escritores y demás artistas se han basadp para sus creaciones. Hoy os quiero hablar de él. Que no os engañe el título, con él me refiero a aquellos lugares que todos hemos visto en la pantalla o de los que hemos oído hablar pero que no suelen estar en el “top” cuando alguien planea una visita a la capital británica. Allá vamos.
La primera parada es el barrio de Whitechapel, famoso por ser el escenario de los crímenes perpetrados por Jack el Destripador entre los años 1888 y 1891. Hay que decir que no está claro que los asesinatos los cometiera una misma persona, ya que nunca fue capturado, pero fue tanto el bombo que le dieron los medios de comunicación de la época que se ha convertido en una de las figuras más temidas de la historia.
Este asesino en serie segó la vida de al menos 5 prostitutas con un particular modus operandi: Estrangulamiento, degollamiento y extracción de los órganos digestivos. De hecho, era tal la precisión a la hora de mutilar a sus víctimas que Scotland Yard aseguraba que el asesino tenía unos conocimientos anatómicos y quirúrgicos dignos de un cirujano. Los lugares más interesantes que se pueden visitar en relación a estos crímenes son la capilla de Whitechapel, que da nombre al distrito, y los pubs victorianos Ten Bells y Princess Alice, frecuentados por las víctimas de Jack. Los tres están situados en Comercial Street, a la cual se accede fácilmente desde la parada de Adelgate East.

Siguiendo con el tema macabro, también recomiendo dejarse caer por la calle Fleet, hogar del barbero Sweeney Todd, brillantemente interpretado por Johnny Depp en la película de Tim Burton con el mismo nombre. La veracidad de este otro personaje del Londres victoriano aún no ha sido probada, pero igualmente aconsejo visitar el lugar donde supuestamente se situaba su barbería así como la tienda de pasteles de carne de la Señora Lovett en el número 186, ocupado por el antiguo edificio del Dundeee Courier. Las Cortes de Justicia localizadas algo más adelante tampoco tienen desperdicio y, en mi opinión, son uno de los edificios más bonitos de la ciudad.

Este repaso por el Londres de los asesinatos no estaría completo sin mencionar al detective Sherlock Holmes. Hay innumerables lugares en la ciudad a los que se hace referencia en las novelas pero resumiré los más importantes. Nada más salir de la estación de metro con el mismo nombre de la calle en la que “vivía”, encontraréis una estatua dedicada a su personaje. En el 221 de la misma calle está en su casa museo (15 libras) y en los números 10-11 de Northumberland St. un pub dedicado a su figura con sesión continúa de sus películas y series. Por último,mencionar también el Criterio Restaurant, un opulento restaurante con decoración dorada y techos de mármol donde se supone que se conocieron Holmes y Watson en el día de año nuevo de 1881.

Y para los magos, nada mejor que visitar el célebre “Andén 9 y ¾” en la estación de King’s Cross en el que Harry Potter y sus compañeros cogían el expreso a Hogwarts cada curso. Además de haceros una foto con el carro atravesando la pared, podréis visitar la fabulosa tienda de merchandising de la saga y si sois seguidores, creedme, pecaréis.

Ahora es el turno de la imponente central eléctrica abandonada de Battersea, cerrada desde 1983. El mayor edificio de ladrillo de Europa, también conocido como “La Catedral Eléctrica”, fue diseñado por el arquitecto Giles Gilbert Scott, artífice de la catedral de Liverpool y de las cabinas rojas, que la convirtió inmediatamente en el icono que sigue siendo hoy. Tanto es así que sus apariciones culturales se cuentan por decenas; por decir varios ejemplos, fue portada del disco “Animals” de Pink Floyd y set de rodaje para videoclips de bandas como Europe, Take That o Texas, aparece en la película “Sabotage” de Hitchcock así como en “El discurso del Rey”, “RocknRolla”, “Batman: El Caballero Oscuro” e incluso en la serie “MacGyver”, entre muchas otras. Lamentablemente, en 2014 se comenzó su demolición para dejar paso a un exclusivo complejo de apartamentos con la utópica idea de volver a levantar sus torres respetando el diseño original. No obstante, pero no por mucho tiempo, aún se puede visitar lo que queda ella para poder hacerse al menos una idea de aquella magnitud y apariencia que la convirtió en tamaño icono.

En último lugar me he dejado a The Beatles. El paso de cebra más famoso y fotografiado del mundo se encuentra en Abbey Road, calle que da nombre al duodécimo disco y obra cumbre de la banda de Liverpool que fue grabado en esos estudios.

El álbum no estuvo exento de polémica, ya que los que mantienen que Paul McCartney murió realmente en 1966 y fue reemplazado por un doble que es el que conocemos en la actualidad, aseguran que la banda mandó un mensaje subliminal a sus seguidores a través de la portada del disco: John Lennon iba vestido de blanco cual sacerdote, Ringo Star guardaba luto como amigo del difunto, George Harrison hacía las veces de enterrador dada su vestimenta informal, y Paul McCartney caminaba con los ojos cerrados y descalzo, tal y como muchas culturas orientales incineraban a sus muertos. Además, el paso de éste último estaba descoordinado respecto al del resto del grupo, como si no perteneciera a la procesión. Para hacerse la foto que todo turista debe tener, hay que bajarse en la parada de St. Johns’ Wood de la Jubilee Line, donde podréis merodear por los estudios y echar un vistazo a las miles de firmas y dedicatorias que hay plasmadas en el muro y, como no, parar en tráfico mientras os tomáis la típica foto.
Y hasta aquí con nuestra ruta por ese otro Londres. Si queréis ir más allá de las postales, no os perdáis esta pequeña guía.